Publicado el: 15/04/19

EN MAZDA REINVENTAMOS EL “JINBA-ITTAI” PARA CREAR AUTOS ÚNICOS CON LOS CUALES TE PUEDAS IDENTIFICAR Y CONECTAR, GRACIAS A SU TECNOLOGÍA Y DISEÑO. SIGUE LEYENDO MÁS ACERCA DE ESTA INTERESANTE FILOSOFÍA.

¿Te imaginas que tu auto y tú se entiendan como si fueran uno mismo? En Mazda creemos que tu auto no sólo es un medio de transporte, sino una extensión de tu cuerpo y por ese motivo, trabajamos para crear una conexión real con tu auto. A esto lo llamamos “Jinba Ittai”, o “jinete y caballo”.

 

El jinete y el caballo se entienden a través de estímulos y respuestas; el nuevo Mazda MX-5 es un gran ejemplo, ya que en el momento en el que el conductor y su auto están en perfecta armonía, la conducción se vuelve divertida y lo único que tienes que hacer es sentarte y dejarte llevar por las emociones.


Un convertible biplaza está hecho para disfrutar al 100% del camino. Es por eso que con la cuarta generación del Mazda MX-5, decidimos conservar la esencia del auto icónico de la marca, basándonos en la filosofía del Jinba Ittai, y mejorando la experiencia de manejo, haciendo cambios incluso en el diseño interior.


Con el diseño del nuevo Mazda MX-5, la prioridad es el conductor. Recorrimos los asientos 15 milímetros hacia el centro del vehículo, haciendo que el espacio interior sea el ideal para los movimientos que el conductor necesita hacer; la palanca de velocidades está en la posición perfecta para poder hacer los cambios de una forma completamente intuitiva y natural; de igual forma, los pedales están a la altura ideal para coordinar los movimientos de los pies, con los de los brazos; el parabrisas es más grande, ahora se extiende hacia los costados del auto, para dar mayor visibilidad; y el diseño del cofre es más bajo comparándolo al de su predecesor, provocando que el conductor vea el suelo más cerca y experimente una sensación de mayor velocidad.

 

Este conjunto de elementos juegan un papel muy importante, creando una experiencia de manejo única, logrando el objetivo del Jinba Ittai y despertando emociones inexplicables desde el momento en el que tomas el volante.