Publicado el: 18/09/18

 

El Mazda3 2019 es un coche en torno al cual han habido todo tipo de comentarios: que si es una maravilla, que si está sobrevalorado, que si es premium, que si no... lo cierto es que su llegada a México no ha pasado desapercibida. La marca quiere darle un enfoque trendy a todos sus modelos y la nueva generación de su tres es sólo el inicio.

Hay muchos temas para discutir: la mejora en los acabados, el cambio a una suspensión trasera de barra de torsión, la permanencia del motor de 2.5 litros o el rediseño. Luego de aquel primer acercamiento en Los Ángeles, por fin pudimos ponerle las manos encima en México, con el privilegio de hablar de tú a tú con las personas detrás del desarrollo. Agotamos nuestras dudas hasta conocer los más íntimos secretos del Mazda 3 2019 y te los presentamos en una extensa, pero muy detallada prueba de manejo para desvanecer inquietudes.

Jinba-ittai como más que un eslogan

El concepto japonés de jinba-ittai representa la unión entre el jinete y el auto. Mazda lo ha adoptado como eslogan, pero también como filosofía que va más allá de la mercadotecnia. Para diseñar autos centrados en el humano, la marca accedió a meticulosos estudios sobre el funcionamiento y comportamiento del cuerpo, con el fin de crear una cabina intuitiva y hecha a la medida.

La posición de manejo es fácil de encontrar y embona a la perfección con nuestro cuerpo. Los espejos se ubican en la posición correcta, el head-up display muestra la información más relevante sin tener que quitar la vista del frente y la nueva pantalla del sistema de infotenimiento se aleja de nuestras manos —de hecho por eso no es táctil— para reducir el ángulo de giro de nuestra cabeza a la hora de mirarla.

El Mazda 3 2019 es un auto con muchísimo cuidado al detalle. El nivel de calidad y refinamiento es inédito en su categoría —y hasta en algunos segmentos superiores, he de confesar. No hay una sola pieza al interior que transmita economía; hay componentes que simulan aluminio cepillado, otros van forrados en cuero y prácticamente todos los plásticos son de tacto gomoso. La tapicería puede solicitarse en tono claro —color hueso— u obscuro —negro. El nivel de ensamble también roza la perfección.

La única crítica que admite la selección de materiales al interior radica en la pieza superior del tablero: un plástico que, a pesar de ser sumamente acolchado, resulta muy brilloso, lo que ocasiona reflejos un tanto molestos en el parabrisas. Una textura mate le quedaría mucho mejor.

El sistema de infotenimiento también es nuevo y se nota desde el puerto USB, al que ya no le toma una eternidad recargar la batería de nuestro teléfono. La interfaz continúa siendo minimalista y se controla desde movimientos simples de una perilla, ubicada en la consola central. Los gráficos son elegantes, ya es compatible con Android Auto y Apple CarPlay e integra algunas funciones importantes del vehículo, como el manual del propietario y alertas de los testigos que se enciendan en el tablero. La pantalla ahora es de 8.8 pulgadas; aprovecha toda la superficie cuando está conectada a CarPlay, pero deja costados negros cuando se utiliza Android Auto.

Un manejo preciso inspirado en tu forma de caminar

Aquí entramos en la parte más peculiar y geek del desarrollo del nuevo Mazda 3. Ruben Archilla, Ingeniero de Vehículos y Operaciones de Mazda en Norteamérica nos contó que uno de los momentos que más seguridad sentimos como humanos es a la hora de caminar. Analizaron estudios ortopédicos para conocer los movimientos de distintas partes de nuestro cuerpo al caminar: hacia dónde se mueve la cintura, qué hacemos con los hombros y qué músculos de las piernas utilizamos para movernos.

Toda la teoría encuentra su aplicación a la hora de conducirlo. Lo que el auto transmite al volante es, en definitiva, eso: conexión. Y me arriesgo a sonar como eslogan porque es cierto. La posición de manejo, las reacciones en curvas, el tacto del acelerador, el comportamiento en línea recta... todo sucede con absoluta sensación de control.

Ahora vamos con lo polémico. ¿Por qué ahora lleva un eje de torsión atrás en lugar de una suspensión independiente? Muchos lo consideran un retroceso respecto al modelo anterior, sin embargo, Ruben menciona que fue una decisión muy estudiada, con una raíz lejana a la reducción de costos.

El ingeniero admite que el límite de adherencia en reacciones extremas sí es mayor en un esquema independiente, pero la sencillez de una barra de torsión permite cumplir mejor con el propósito de moverse como el cuerpo humano. La suspensión independiente puede ser muy avanzada, pero genera movimientos "antinaturales" entre los ocupantes; una barra de torsión sólo te mueve en una dirección —como la cabeza al caminar—, por lo que el cerebro lo procesa de manera más sencilla y, por lo tanto, da una mayor sensación de comodidad al haber una conexión directa entre lo que esperamos sentir al pasar un tope y lo que en realidad sentimos.

Ahora bien, ¿cómo influye esto en el manejo? En el día a día o a velocidades altas y en zona de curvas, el Mazda 3 2019 brilla por un muy buen agarre. El eje trasero sigue rápidamente las instrucciones de las llantas delanteras y se acomoda sin mayor dificultad. Le favorece la firmeza de la amortiguación —sin llegar a ser incómodo en ningún momento— y la asistencia del sistema G-Vectoring Control Plus, destinado a mitigar las fuerzas G a través de la ligera aplicación del freno en una llanta específica. Con instrumentos en mano, realizamos pruebas de eslalom a 35 km/h en la nueva generación y la anterior. En el Mazda 3 2018, la fuerza G máxima fue de 0.725, mientras que en el 2019 quedó en sólo 0.63.

El comportamiento del auto es preciso. No hay tendencia ni a subvirar ni a sobrevirar, simplemente un body-roll muy neutral. La dirección es rápida y precisa, aunque en ejercicios de pista demuestra algo de dificultad para contravolantear rápido. Nadie va a meter su Mazda 3 a un track-day, claro está, y al final fue posible recuperar la sensación de control antes de salir de la trayectoria deseada.

El mismo motor ahora se siente mejor

Lo que tanto presumió Mazda para su nuevo tres quedó fuera de la oferta inicial en México: el motor SKYACTIV-X. Los directivos no confirmaron ni negaron que se incrpore más tarde a la gama. Mientras tanto, el único propulsor disponible es el conocido motor SKYACTIV-G de 2.5 litros de la generación pasada, que ahora desarrolla 186 hp y 186 lb-pie. ¿Tiene 2 hp y 2 lb-pie menos que antes? Sí. ¿Mejoró el consumo? En teoría, no. La ficha técnica del 2018 anunciaba un rendimiento combinado de 16.7 km/l, ahora es de 15.2 km/l.

 

El simple análisis de cifras abre lugar a dudas de qué tan acertado fue conservar este motor. Las preguntas se van a la hora de probarlo. El propulsor se siente notablemente más vivo que antes. Los ajustes en la entrega de par lo vuelve notablemente más responsivo y la transmisión automática de seis velocidadescontribuye a una conducción ágil gracias a su nueva puesta a punto, más rápida que antes y mucho más acertada en la selección del rango de revoluciones. A ratos da la impresión de ser un motor turbo; la aceleración es lineal, sí, pero en recuperaciones, la caja cambia tan rápido, que recuerda a la patada de un motor turbo.

Un compacto simplemente extraordinario

Me cuesta mucho trabajo utilizar calificativos así de adulantes cuando escribo reseñas de autos porque temo sonar a publirreportaje o porque simplemente creo que son buenos en algo, pero no en todo. El Mazda 3 no me dejó más remedio que calificarlo de este modo. No existe otro compacto con este grado de refinamiento, una conducción así de equilibrada o con un diseño así de vistoso. Realmente son pocos los puntos a mejorar y muchos donde puede coronarse campeón. El precio, además, me parece muy atractivo en comparación con la oferta de sus competidores.

México fue el primer país en recibir a la nueva generación. Algunos de los primeros Mazda 3 Sedán ya fueron entregados; los hatchbacks lo harán en breve. En redes sociales han habido algunas quejas de ensambles y de fallos electrónicos en los que la marca todavía está trabajando para darles solución. Portavoces de Mazda se mostraron muy interesados en detectar esas quejas y corregirlas cuanto antes. Yo, a tono personal, sólo puedo decir que sería una pena que un compacto así de espectacular fuese poco fiable. Esperemos que esas fallas sean corregidas en tiempo y forma como lo merecen los clientes que confiaron prematuramente en el modelo 2019, y que las siguientes unidades lleguen sin desperfectos.

 

https://www.motorpasion.com.mx/pruebas-de-coches/mazda-3-2019-opinion-prueba-mexico